"Durante el trasplante de médula hubo momentos difíciles, pero el equipo médico nos ayudó a superarlos"
La madre de Celeste, Xioli, nos explica su experiencia durante el tratamiento de leucemia linfoblástica aguda de su hija.
Celeste llegó a Barcelona con tres años para ser tratada de una leucemia linfoblásica aguda pediátrica. Esta paciente, de origen venezolano, había llegado a la remisión con el tratamiento recibido en su país. Sin embargo, para consolidar la mejoría de la pequeña era aconsejable un trasplante de progenitores hematopoyéticos, más conocido como trasplante de médula ósea.
El equipo de hematología de la Unidad de trasplante de progenitores hematopoyéticos del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona se coordinó con los profesionales del hospital que había tratado a Celeste en Venezuela, y se empezó a buscar un donante de médula compatible. En este caso lo más aconsejable era que el donante fuese el padre de Celeste, una opción compleja pero indicada en este caso, ya que permitía estar seguros de que el trasplante podía realizarse.
Dos semanas després de la infusión de celulas madre, un momento clave del tratamiento, Celeste vivió una complicación frecuente en los trasplantes llamada enfermedad injerto contra receptor. La pequeña estuvo acompañada en todo momento por sus padres y el equipo médico y psicológico los asesoraron en esta fase. Xioli, la mamá de la paciente, afirma:
A pesar de que las cosas estaban graves, era tal el apoyo que pudimos mantenernos, dentro de todo, calmados.
El trabajo coordinado del equipo de TPH junto con la Unidad de cuidados intensivos pediátricos, el equipo de enfermería y los profesionales de atención psicosocial y educativa fue clave para superar las dificultades. Celeste fue dada de alta y volvió a Venezuela, donde vive con su familia. Para la jefa de la Unidad de TPH del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, Isabel Badell, el riguroso seguimiento postrasplante de los pacientes es esencial y permitió superar con éxito las complicaciones que vivió la paciente.