"Era emocionante ver los resultados que conseguía con la recuperación"

La historia de Sònia empezó hace 10 años cuando sufrió una sepsis que le provocó una trombosis en la pierna derecha que le causó graves problemas de movilidad. “Tenía cinco centímetros de diferencia entre una pierna y otra”, explica la paciente que también recuerda que todo este proceso le provocó un recurvatum — una deformidad en la rodilla, por lo cual la articulación se dobla hacia atrás— que hizo que acabara con una cirugía reconstructiva utilizando un fijador en la extremidad.

Las ganas de superar esta situación que le causaba tantos problemas de movilidad, la animó a operarse el junio de 2023 con el equipo donde trabajan la Dra. Pilar Rovira Martí y el Dr. César García Fontecha, del Área de Ortopedia y Traumatología. El objetivo final era volver a andar sin el fijador en la pierna derecha.

En este sentido, conviene remarcar que el área ha desarrollado nuevas técnicas que solucionan deformidades que eran imposibles de corregir con los sistemas previos.

La preparación fue larga. “Meses antes, la Dra. Rovira me empezó a hacer radiografías y resonancias para ver si la intervención se podía realizar”, recuerda Sònia. También explica que “no todo el mundo se puede operar, depende de tu enfermedad, depende de cómo responde tu pierna”. Las pruebas indicaron que todo estaba bien y que se podía continuar con la operación.

El siguiente paso fue detallar a Sònia cómo sería todo el proceso de recuperación (el fijador, las curas, los ejercicios de rehabilitación...) una vez hecha la intervención quirúrgica. “La doctora nos dijo a mí y mis padres que era un proceso duro y que no sería fácil, pero también nos animó a hacer frente juntos, como un equipo”.

Sobre la implicación de la familia en estos procesos, la Dra. Rovira remarca que "en los procesos de alargamiento o de correcciones de deformidades es muy importante la implicación de la familia y del paciente a lo largo de toda la recuperación".

Al comienzo, tal como le había advertido la Dra. Rovira, el tratamiento postoperatorio fue duro para Sònia. Tuvo un problema con las muletas, “les cogí miedo y me enviaron a rehabilitación”, recuerda la joven.

A partir de aquí la situación mejoró mucho. “Hice mucha, mucha y mucha rehabilitación y en siete meses me extrajeron el fijador”, explica Sònia, y no puede esconder su satisfacción cuando dice “ahora tengo las dos piernas rectas, sin recurvatum y sin diferencia de altura, estoy muy bien”.

“Caminar, caminar y caminar”, así recuerda Sònia sus primeras semanas de rehabilitación. Su pierna derecha necesitaba este movimiento constante para superar las dificultades del pasado. Y así fue. Empezó estos ejercicios con un caminador, después con muletas y, finalmente, andando de manera autónoma. “También subía y bajaba escaleras”, detalla la paciente cuando va recordando su evolución.

Sònia también explica que enseguida hacía vida normal a pesar de llevar el fijador. Así que una vez superadas las dificultades iniciales, “era emocionante ver los resultados que conseguía con la recuperación”. En tres meses, en septiembre, ya era autónoma, toda una inyección de moral para afrontar los siguientes pasos de sus tratamientos.

En este sentido, la Dra. Rovira también apunta que este tipo de recuperaciones "son procesos largos que pueden durar muchos meses, desde el el hospital intentamos darles la máxima ayuda y apoyo para afrontar la situación. El objetivo es que puedan hacer una vida lo más normal posible con su fijador externo".

A pesar de esta dilatación en el tiempo, tal y como explica el Dr. Fontecha, "los resultados que se consiguen en alargamientos y correcciones de deformidades como el caso de Sonia cambian la calidad de vida de nuestros pacientes y son muy satisfactorios para ellos, por sus familias y para los profesionales que participamos".

Además del trabajo diario con ejercicios, también ayudó mucho a Sònia los momentos que compartió con su compañera de habitación. "Había visto su caso en las Redes Sociales y nos hicimos muy amigas, nos hicimos compañía y ahora continuamos hablando". También explica el caso de otra chica con la cual ha contactado con un caso similar y han podido compartir experiencias para encarar mejor los tratamientos postoperatorios.

“Creo que mi experiencia puede ayudar a otros pacientes, no es lo mismo que te lo explique un doctor que lo haga una persona que lo ha vivido, esto te puede dar ánimos para acabar llevando una vida normal”, responde Sònia cuando se le pregunta por si su vivencia puede ayudar a otros adolescentes o niños en su situación.

Además de todo el proceso de recuperación, Sònia también considera importante apoyar a las familias, “porque se tiene muy en cuenta a los pacientes, pero los familiares también sufren y tienen sus dudas”