"Después de muchos años en tratamiento, el CAR-T 19 me ha permitido dejar atrás la leucemia"
Uno de los pacientes tratados en el Hospital Sant Joan de Déu con el ensayo clínico del CAR-T 19 de Novartis explica cómo el tratamiento le ha permitido retomar la normalidad
A David le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda (LLA) con cinco años. Después de un tratamiento con quimioterapia, a los 11 años sufrió una recaída y se la realizó un Trasplante de Progenitores Hematopoyéticos. Esto le permitió una recuperación relativa durante un par de años más, pero con 13 años llegaron de nuevo malas noticias: una nueva recaída obligaba al equipo médico a explorar una última opción de tratamiento.
En este punto la hematóloga Susana Rives sugirió a David y a su familia entrar en el ensayo clínico con la inmunoterapia CAR-T 19. Se trata de un tratamiento experimental que, en aquel momento, el Hospital Sant Joan de Déu estaba llevando a cabo con la farmacéutica Novartis para pacientes que ya habían probado terapias previas contra la leucemia y no habían mejorado. Las expectativas de curación para estos pacientes en una segunda recaída (que generalmente han realizado tratamientos de quimioterapia o trasplantes) son en general bajas con los tratamientos actuales. Esta inmunoterapia permitía explorar las posibilidades de mejora en niños o adultos jóvenes.
El caso de David, según explica Rives, es paradigmático: “el niño no había respondido como se esperaba a tratamientos intensivos de quimioterapia ni al trasplante”. El paciente fue derivado desde otro hospital catalán porque cumplía los requisitos para recibir la infusión de inmunoterapia. En aquel momento, Sant Joan de Déu estaba participando en este ensayo a nivel europeo y mundial. Nuestro hospital fue uno de los que aportaron más muestra de pacientes y de los primeros en usar esta terapia en España el año 2016.
El CAR-T 19, una inmunoterapia que requiere tiempo para evaluar los resultados
El tratamiento con CAR-T 19 consiste en obtener las células o linfocitos T del paciente, tratarlos en el laboratorio y hacer que, mediante la manipulación genética tengan un receptor que reconoce las células de la leucemia. En definitiva, se redirigen las propias células del paciente (modificadas) contra el tumor. La infusión de la inmunoterapia consiste en poner los linfocitos modificados al paciente para observar luego la reacción del niño y dar respuesta a los posibles efectos secundarios de la terapia.
En el caso de David, el paciente tuvo un cuadro de fiebre sin complicaciones severas (que de haberse producido se podrían haber atendido en la UCI del mismo hospital). “Nos decían que la subida de la fiebre era una buena señal en su caso”, señala Lidia, la madre de David. “Mientras la doctora estuviese contenta por la fiebre, nosotros también. Era extraño porque estábamos muy esperanzados y preocupados a la vez”.
Unas semanas después observaron la evolución favorable del chico que, con el paso de los meses y los años, se ha consolidado. David ha cumplido ya 16 años y sigue jugando a futbol, un deporte que tuvo que abandonar durante muchos años como cosecuencia de la leucemia. También ha podido ir con normalidad de viaje de fin de curso a Londres y ahora sigue estudiando con el objetivo de cursar formación de enfermería: “Me gustaría poder ayudar a niños que pasan bastante tiempo en los hospitales, como a mí me pasó. También quisiera que este tratamiento, el CAR-T 19, pudiese llegar al máximo posible de niños y adolescentes. Sé que ahora aun es difícil, pero sería genial porque a mí esta inmunoterapia me ha funcionado”, concluye David.