El Servicio de Diagnóstico por la Imagen, pionero en Europa en la puesta en marcha de una nueva resonancia de 1,5T
El nuevo equipamiento, financiado gracias al programa PERT de la Generalitat, permitirá la aplicación de técnicas avanzadas de imagen en pediatría
El Hospital Sant Joan de Déu Barcelona ha puesto en funcionamiento una nueva resonancia magnética. La nueva infraestructura, de 1,5 Tesla del Servicio de Diagnóstico por la Imagen, sustituye un modelo anterior, ya anticuado, y permitirá que muchos de los estudios que hasta ahora no se podían realizar en el anterior se lleven a cabo. Se podrán realizar, entre otros, estudios complejos de cuerpo entero, cardíacos, oncológicos, fetales y neonatales. Además, esta tecnología permite realizar exámenes de forma más rápida, reduciendo en algunos casos hasta en un 40 % el tiempo del estudio. Esto supone una reducción de la duración de la anestesia, necesaria en algunos pacientes durante los procedimientos, y una mejora en la experiencia del paciente y de los familiares que le acompañan durante la prueba. Se trata del primer equipamiento de este tipo que se instala y pone en funcionamiento en un hospital pediátrico en España y uno de los pocos de Europa que disponen de esta tecnología. Esta tecnología se suma al equipamiento ya existente del servicio, que dispone desde hace años de una resonancia de 3T con la que se estaban realizando hasta ahora todos los estudios de alta precisión.
Esta infraestructura ha sido financiada en un 70 % gracias al Programa Específico de soporte para la Renovación Tecnológica (PERT) de la Generalitat, orientado a la sustitución de tecnología obsoleta. Aparte de permitir la aplicación de técnicas avanzadas de imagen, este modelo de resonancia magnética, de la empresa Philips (socio tecnológico del Hospital), es más sostenible que los anteriores. A diferencia de las resonancias clásicas, que podían llegar a contener hasta 1.500 litros de helio (que se utiliza para mantener el frío y el campo magnético) ésta tan sólo emplea siete litros, lo que permite minimizar su impacto ambiental. Además, la reducción de helio y el sellado del aparato reduce el número de incidencias que podía causar el uso de este gas.
El cambio ha supuesto también una apuesta por la seguridad. Tanto el espacio físico que rodea la resonancia magnética como el software que se utilizará ofrecen garantías añadidas a pacientes y trabajadores. El sistema de funcionamiento permite, por ejemplo, en los casos de niños que usan algún dispositivo (por ejemplo un marcapasos o un implante coclear) que el protocolo se ajuste de forma precisa para ofrecer la máxima seguridad en la adquisición de la imagen así como reducir los artefactos que producían los objetos metálicos implantados.
Un espacio rediseñado y pensado para los niños y sus familias
La instalación del nuevo equipamiento se ha aprovechado para analizar la experiencia de los pacientes y familias en el uso del espacio y realizar algunos cambios. En la entrada de la nueva resonancia hay un distribuidor que envía a los pacientes a dos salas: la zona de reanimación (para los pacientes que deben ser anestesiados o que se están despertando) y la zona de preparación para las madres de recién nacidos a los que se intenta, en lugar de sedarlos, hacerles el procedimiento después de que la madre les dé el pecho o el biberón y se duerman como lo harían habitualmente. El objetivo de esta antesala es mejorar la experiencia de los pacientes y sus familias en términos de comodidad e intimidad. Se calcula que, cada año, unos 9.000 niños utilizan este espacio, con sus respectivos acompañantes.
La resonancia también se ha ambientado para los niños, manteniendo el hilo narrativo de los planetas, el espacio exterior y los campos magnéticos. En esta sala los más pequeños podrán encontrar una nave con un astronauta e información sobre la gravedad, los planetas o la distancia de los objetos respecto a la tierra, con la presencia de la perra Laika que, para los niños, es un personaje entrañable y desconocido. Se ha mantenido así el motivo conductor de toda el área de Diagnóstico por la Imagen, en este caso, con un aspecto más diáfano y luminoso.
El transporte y colocación del aparato ha supuesto un reto logístico y técnico para el Hospital. Durante varias semanas se funcionó con un plan de contingencia en el que se derivaron pacientes a la resonancia magnética del Bloque Quirúrgico para minimizar el impacto en la actividad habitual y no aumentar la lista de espera. Además, para poder hacer llegar el aparato a su ubicación, el equipo de infraestructuras tuvo que sacar los cristales de la entrada de Consultas Externas, fue necesario desmontar el emblemático tobogán rojo y tuvieron que quitarse cortafuegos y agujerear una viga para que la máquina, de gran altura, encajara en la sala donde debía estar ubicada. Sin embargo, las obras han tenido un impacto mínimo en la actividad del Hospital y, después de varios días de pruebas, el equipamiento ha podido entrar en funcionamiento con éxito.