FAROS presenta una guía que da pautas a las familias para alimentar a los niños de una manera saludable
El informe desmiente falsos mitos que circulan en la actualidad sobre determinados alimentos
Una encuesta realizada por FAROS, el canal de promoción de la salud y bienestar infantil del Hospital Sant Joan de Déu, a 3.000 padres, madres y profesores de todo el Estado revela que una gran parte de las familias tienen muchas dudas sobre si están dando una alimentación correcta a sus hijos. FAROS, en colaboración con la Fundación Alícia y con la participación de expertos de la Academia americana de pediatría, ha elaborado el informe "Guía para una alimentación infantil saludable" que intenta dar respuesta a esta preocupación, ofrece a las familias pautas para una alimentación saludable y equilibrada, aclara conceptos y rompe los falsos mitos que existen sobre algunos alimentos.
La encuesta revela que un 80% de los niños no comen la fruta necesaria, un 50% sólo comen verdura una vez al día y que el 90% no come pescado cada semana. A lo largo del informe, expertos en pediatría de diferentes ámbitos repasan todos los aspectos de la nutrición infantil: cómo debe ser la alimentación de la embarazada y del niño en cada etapa de la vida, desde el nacimiento hasta la adolescencia; qué peculiaridades tiene que tener la alimentación en el caso de los niños que practican deporte; qué alergias e intolerancias alimentarias existen; cómo se pueden detectar los primeros síntomas de un trastorno alimentario; qué podemos hacer para que los niños coman frutas, verduras y pescado; cómo podemos incidir en la presentación para que ingieran las cantidades apropiadas, qué podemos hacer para garantizar la seguridad de los alimentos que preparamos ...
El informe desglosa de manera detallada cómo debe ser la alimentación para cada franja de edad siguiendo los patrones de la dieta mediterránea pero también aborda las dietas alternativas. En los últimos años los pediatras han constatado que cada vez hay más familias con niños que, por diferentes motivos, siguen una dieta alimentaria restrictiva. Estas familias deciden excluir todo un grupo de alimentos o un alimento en concreto de su dieta y de la de sus hijos por diferentes motivos: cuestiones de salud como alergias o intolerancias, por razones de tipo cultural o religioso o, simplemente, porque la preocupación que hay actualmente para una alimentación sana y las muchas informaciones que circulan les hacen creer, erróneamente, que algunos alimentos pueden resultar nocivos para su organismo.
Los expertos que han participado en el informe aclaran que una dieta alimentaria restrictiva puede ser una opción válida para todos los ciclos de la vida siempre que satisfaga todas las necesidades nutricionales que requiere el organismo. Por ello, aconsejan a las familias con niños consultar a una dietista nutricionista para que, junto con el pediatra, valore si es necesario complementar la alimentación con suplementos.
También hacen referencia a la tendencia creciente de familias que, sin seguir una dieta, deciden retirar de su alimentación o de la de sus hijos un alimento en concreto. Este es el caso, por ejemplo, de la leche. Últimamente se ha relacionado su consumo con efectos adversos -aumento de la mucosidad o asma, por ejemplo- y esto ha hecho que algunas familias no se la den a sus hijos aunque no existe ningún criterio ni estudio científico que evidencie esta relación.
Otras familias han retirado de su alimentación nutrientes esenciales como la lactosa o el gluten sin tener un diagnóstico clínico que lo aconseje. Los autores del informe lo desaconsejan en el caso de los niños porque pueden dificultar e incluso imposibilitar un diagnóstico correcto de diversas enfermedades como puede ser la celiaquía.