Más de 150 residentes han participado en el programa MIRame para fomentar habilidades comunicativas
El programa, que empezó el año 2021, se ofrece a todas las especialidades y ha formado en habilidades comunicativas en situaciones difíciles a residentes de una docena de centros de Cataluña
"Los profesionales de la salud se relacionan constantemente con otras personas y esto, a menudo, es un reto. En la carrera se aprende mucho sobre contenidos de carácter clínico y técnico, pero generalmente poco sobre comunicación”. Así resume el planteamiento inicial del MIRame el responsable del Programa de Simulación del Hospital Sant Joan de Déu, José M. Quintillá. Este programa se destina a residentes de medicina y enfermería a partir del segundo año y busca, a través de simulaciones y conversaciones sobre experiencias ya vividas, ayudarles a mejorar la forma en la que se comunican en su entorno de trabajo.
La metodología de las sesiones, basadas en un formato mixto online y presencial de 12 horas de duración, combina diferentes estrategias docentes basadas en la lectura, observación de imágenes y puesta en práctica de los conocimientos mediante la autoevaluación. Entre los puntos esenciales que se trabajan online se encuentran la comunicación en el contexto sanitario, cómo dar una mala noticia, afrontar un final de vida, el abordaje de los conflictos y las agresiones o comunicar un error en la asistencia. Algunos de estos temas son de gran utilidad para residentes como Adrián Moliner, EIR de enfermería de Sant Joan de Déu, que se sincera: “Cuando empecé a trabajar en el área de oncología lo que me daba más miedo era enfrentarme a situaciones de final de vida: saber elegir una palabra concreta o no elegirla, ya que el silencio también nos sirve como método de comunicación".
En los encuentros presenciales, para los que se prevén dos jornadas, se realiza una presentación, una discusión en grupo para fomentar la reflexión, actividades de “role-playing” entre alumnos e instructores para identificar estilos relacionales y la recreación de situaciones simuladas en un escenario de gran realismo e interpretadas por actores profesionales. Toni Martínez, facilitador del curso MIRame y pediatra de Sant Joan de Déu, explica el punto de partida de las sesiones: “El alumnado identifica cómo se relaciona con los demás mediante el “Modelo Bridge”, detecta sus puntos fuertes y débiles y entiende por qué le cuesta más relacionarse con ciertas personas. Se trabaja, en resumen, para mejorar esa comunicación”.
Los participantes participan en escenarios de simulación diseñados para su perfil profesional y que tratan los distintos temas abordados en la preparación online. En cada situación los residentes interactúan con actores profesionales para responder a los retos que se plantean. Después de cada simulación, los facilitadores que conducen la sesión dinamizan una conversación (“debriefing”) en la que se analizan los comportamientos de forma apreciativa y crítica y se desarrollan estrategias útiles para afrontar conversaciones difíciles a partir de las aportaciones de los propios participantes.
Una formación útil en el plano personal y profesional
Actualmente, la buena práctica clínica exige estar atentos a necesidades de familias y pacientes para ser capaz de adaptarse y darles respuesta en el entorno sanitario. Una buena comunicación no solo aumenta la satisfacción de los pacientes y sus familias, sino que se han demostrado efectos en la salud psicológica de los mismos y una mejor adherencia a los tratamientos. En los profesionales también favorece la disminución del estrés, la mejora en la percepción de las competencias, necesidades y expectativas y una mayor satisfacción con el ejercicio de la profesión.
De acuerdo con esta evidencia, el Ministerio de Sanidad incluye la formación en habilidades relacionales de los residentes en su Plan Transversal, que es de realización obligatoria. No obstante, existen dificultades para desarrollar dichas habilidades de forma reglada en los diferentes centros. Fruto de la colaboración del Programa DOMUM de la Fundació Nous Cims, el Hospital Sant Joan de Déu ofrece este curso en el centro, con la finalidad última de humanizar la asistencia.
Más de 150 participantes en siete ediciones
El programa empezó en mayo de 2021 y hasta 2022 han participado 163 residentes de más de 20 especialidades procedentes de 12 centros asistenciales distintos, entre los cuales se encuentran hospitales, centros de atención primaria o centros monográficos.
En las ediciones realizadas hasta ahora de este curso que se ha consolidado, las valoraciones de los participantes han sido muy positivas. Laia Baleta, residente de Pediatría del Hospital Sant Joan de Déu, resume lo aprendido: “En el caso que me he encontrado en la simulación la madre estaba muy enfadada y me reclamaba hacer una exploración complementaria y yo como médico creía que no estaba indicada. Al final me ha servido como técnica, y a ella también, el hecho de ofrecerle quedarse en observación en urgencias”.
Santi Vicente, residente de Medicina Interna en el Hospital de Tortosa, destaca que en ningún momento se tiene la sensación de estar actuando: “Lo vives como una situación muy real, es como un paciente de verdad, el realismo creo que es el punto más fuerte de este curso”. En la misma línea opina Olga Fargas, residente de Medicina Interna en el Hospital de Tortosa, que resume: “Te pones en situación y te ayuda mucho a saber cuáles son tus errores más frecuentes y a mejorar y ser, en definitiva, mejor médico”. David Ferri, residente de pediatría en el Hospital Sant Joan de Déu, concluye: “El diagnóstico va a marcar a esas personas. Aprender de ese momento y ofrecer una comunicación de calidad puede cambiar en ciertos aspectos la vida de los pacientes y sus familias”.
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