La dieta mediterránea o el "mindfulness" durante el embarazo reducen hasta un tercio el riesgo de tener un bebé con bajo peso
Esta investigación demuestra por primera vez que una intervención estructurada sobre el estilo de vida de la mujer embarazada reduce complicaciones del embarazo.
El bajo peso en el nacimiento, producido por un retraso del crecimiento fetal, afecta hasta al 10 % de los embarazos. Hasta ahora, no se conocía ningún tratamiento que pudiera mejorarlo.
Un estudio publicado en la revista JAMA liderado por un equipo de investigación de BCNatal (Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y Hospital Clínic-IDIBAPS) y Universitat de Barcelona, con el apoyo de la Fundación "la Caixa", demuestra por primera vez que el crecimiento fetal puede mejorarse mediante cambios en el estilo de vida de la embarazada. En concreto, el estudio ha demostrado la reducción de entre el 29 % y el 36 % de los bebés nacidos con bajo peso cuando se interviene en la dieta de la madre y se rebaja su nivel de estrés.
El estudio lo han coordinado Eduard Gratacós, director de BCNatal del grupo Medicina fetal y perinatal del IDIBAPS y del CIBERER, y Francesca Crovetto (Hospital Sant Joan de Déu Barcelona) y Fàtima Crispi (Hospital Clínic) del Servicio de Medicina Maternofetal y Obstetricia de BCNatal e investigadoras de los mismos grupos. Se ha llevado a cabo en colaboración con los equipos de Ramón Estruch, del servicio de Medicina Interna del Clínic, jefe del grupo Riesgo cardiovascular, nutrición y envejecimiento del IDIBAPS e investigador del CIBERON; Eduard Vieta, jefe del servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic, del grupo Trastornos bipolares y depresivos del IDIBAPS y director científico del CIBERSAM; y profesionales del Instituto esMindfulness, dirigido por Andrés Martín-Asuero. El proyecto también ha contado con el apoyo de CEREBRA, CIBERER y AGAUR.
El bajo peso al nacer se asocia con complicaciones en el parto y problemas de salud
Los bebés que nacen con bajo peso (peso inferior al percentil 10) representan el 10 % de todos los nacimientos. El bajo peso al nacer refleja un retraso del crecimiento en vida fetal. Es reconocida por la Organización Mundial de la Salud como una de las causas más importantes de mortalidad perinatal en el mundo y se asocia con peor neurodesarrollo en la infancia y más problemas de salud metabólica y cardiovascular durante la edad adulta. Hasta ahora no se conocía ningún tratamiento que pudiera prevenir o mejorar el bajo peso al nacimiento.
El equipo de investigación que lidera Eduard Gratacós ha estudiado durante años las posibles causas y consecuencias del bajo peso al nacimiento. “Vimos que las madres de los recién nacidos que nacen con bajo peso, muchas veces tenían una dieta subóptima y altos niveles de estrés", explica Gratacós. Así surgió la idea de realizar un ensayo clínico para estudiar si intervenciones estructuradas de dieta mediterránea o de reducción del estrés podrían reducir el retraso de crecimiento fetal y otras complicaciones del embarazo.
Estudio IMPACT BCN: intervenir sobre el estilo de vida materno
En el estudio IMPACT Barcelona han participado durante tres años más de 1.200 mujeres embarazadas con alto riesgo de tener un bebé pequeño. Las mujeres embarazadas fueron divididas al azar en tres grupos. Un grupo en el que las embarazadas tenían visitas con una nutricionista para seguir una dieta mediterránea; un grupo en el que se siguió un programa de conciencia plena (mindfulness) para reducir el estrés; y el grupo control, con el seguimiento habitual. Después se hizo un seguimiento para ver cómo se desarrollaba el bebé y si había complicaciones en el embarazo y parto.
La intervención sobre la dieta se basó en los métodos utilizados en el estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), que puso de manifiesto los beneficios de la dieta mediterránea en la prevención de enfermedades cardiovasculares y que ha sido avalado por la American Heart Association (AHA), la asociación americana del corazón. Las embarazadas en este grupo acudieron a visitas mensuales con una nutricionista para cambiar el patrón de la dieta y adaptarlo a la dieta mediterránea, incorporando más fruta y verdura, carne blanca, pescado azul, lácteos, cereales integrales y productos altos en omega-3 y polifenoles. En este sentido, se les proporcionó de forma gratuita aceite virgen extra de oliva y nueces. “Para evaluar la adherencia a esta intervención de una forma objetiva, medimos biomarcadores en sangre y orina relacionados con la ingesta de nueces y aceite de oliva”, explica Francesca Crovetto.
La intervención para reducir el estrés se basó en el programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction), desarrollado por la University of Massachusetts, y adaptado al embarazo por el equipo de Barcelona. Se hicieron grupos de 20-25 mujeres que siguieron el programa adaptado al embarazo durante ocho semanas. “Para saber si había una reducción en el estrés, se completaron unos cuestionarios al inicio y al final del programa y se midieron los niveles de las hormonas relacionada con el estrés, el cortisol y la cortisona”, señala Crovetto.
El estudio ha demostrado, por primera vez, que cuando se utiliza de forma estructurada y guiada, una dieta mediterránea o practicar la conciencia plena durante el embarazo reduce el porcentaje de bajo peso fetal y también las complicaciones de la gestación como la preeclampsia o muerte perinatal. “Los resultados fueron claros: las embarazadas del grupo control tuvieron un 21,9 % de recién nacidos con bajo peso, y este porcentaje se redujo de forma significativa en los grupos de dieta mediterránea (14 %) y mindfulness (15,6 %)”, explica Fàtima Crispi. “Ahora estamos diseñando un estudio multicéntrico para aplicar los resultados de este estudio en cualquier mujer embarazada, sin la necesidad de que exista el riesgo de tener un bebé con bajo peso”, añade.
“Esta investigación es pionera, ya que demuestra por primera vez, que una intervención estructurada sobre el estilo de vida reduce complicaciones del embarazo en las que ningún tratamiento anterior había demostrado efectos positivos”, explica Eduard Gratacós.