"Quiero que las residentes sientan que están en continuo aprendizaje para superar sus límites"

El primer contacto de Lydia García con el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona fue en 2001, cuando empezó como enfermera de quirófano, la que creía que era su vocación. Tras especializarse en quirófano y anestesiología, entró en contacto con la asistencia a embarazadas y el parto, y su trabajo como matrona y su interés por la formación especializada han centrado su carrera desde entonces. Después de ser responsable de la formación teórica de las matronas en el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya durante diez años, este año ha asumido la coordinación de la formación enfermera del Hospital.

¿Cómo definirías la formación que reciben las residentes de enfermería en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona?

Creo que es una formación 360°, con la que pueden tener la visión completa de lo que significa ser enfermera pediátrica o enfermera matrona. Sant Joan de Déu es un hospital de tercer nivel, de alta complejidad, donde, como hospital de referencia, tenemos todas las especialidades. Y tenemos un modelo que nos define a la hora de trabajar y que se centra en la familia, no solo en la persona que viene al Hospital, sino también en quien le acompaña. En el caso de los niños, vienen con madres, padres, hermanos, abuelos, tutores… hay mucha diversidad de familias y todas están contempladas. A las mujeres embarazadas normalmente les acompaña su pareja, y el bebé que debe nacer. Entendemos que este es un núcleo familiar que se creará y, por tanto, siempre lo tenemos en cuenta e intentamos que las mujeres siempre estén acompañadas de la persona de su elección.

¿Cómo se transmite esta visión durante la formación de las residentes?

Durante la residencia las personas aprenden trabajando hombro con hombro con el resto de profesionales, que nos preocupamos mucho de cómo cuidamos a las personas, que atendemos siempre de forma transparente ante los acompañantes, nadie nos molesta y eso aumenta su confianza en lo que hacemos. Nuestras residentes nos ven haciendo este trabajo y nos ven comunicándonos así con nuestros usuarios.

Además, todas las residentes, pediátricas y comadronas, tienen una tutora que le acompaña durante los dos años de residencia y en cada servicio y unidad, tenemos a los colaboradores docentes, que serán sus referentes también.

¿Qué rasgos diferenciales tiene la formación para enfermeras pediátricas respecto a otros centros?

Justamente esa especialización que comentábamos antes. En Sant Joan de Déu tratamos la enfermedad concreta, ya que la salud del niño se lleva a atención primaria. Nosotros tratamos la patología compleja, y en muchas ocasiones son niños con diversas patologías que requieren diversos ámbitos de atención, y esto nos hace diferentes. Siendo un hospital pediátrico monográfico, tenemos todas las especialidades en un mismo centro y siendo centro de referencia para algunas especialidades, profesionales especializados que solo encontrarás en Sant Joan de Déu. Esto hace que las residentes puedan alcanzar una visión muy amplia de lo que es la pediatría que en otros centros donde carecen de esta subespecialización no pueden ver.

¿Qué destacarías de la residencia para matronas en Sant Joan de Déu?

En cuanto a estudio, el primer año de residencia de matrona se centra en la fisiología del parto y el segundo en la patología. En el Hospital atendemos embarazo de bajo riesgo y de alto riesgo con patología, que puede llegarnos de otros centros también. En el caso del embarazo de bajo riesgo, las comadronas tienen autonomía en el manejo de estas mujeres, sus embarazos y sus partos. La matrona realiza las visitas a urgencias, las últimas visitas de la gestación antes del parto, es la referente de la mujer en la sala de partos y también durante la hospitalización y el alta.

Así pues, las residentes tienen la visión del parto fisiológico normal de bajo riesgo, donde la misión de la matrona es acompañar a la mujer embarazada en todo el proceso, sin intervenir si no es necesario. El parto respetado es la base de nuestra atención. Y en caso de que surjan desviaciones del proceso normal de parto, la matrona debe conocerlas para detectarlas y derivarlas al especialista en obstetricia. Y también hay que conocerlas para acompañar a las mujeres, porque en todos los trabajos de parte de gestantes de riesgo habrá una matrona presente.

¿A qué retos crees que deben hacer frente las EIR en sus dos años de formación en Sant Joan de Déu?

Ser un hospital grande tiene muchas oportunidades de formación, pero es cierto que puede ser desconcertante. Se rota por muchos sitios con una plantilla grande de enfermería y puede ser algo intimidante para las residentes y que tengan la sensación de que no podrán abarcar todo el conocimiento al que tendrán acceso, que nunca podrán ver todo lo que se hace en el Hospital. Y esto es verdad, se necesitan muchos años para conocer todo lo que aquí se hace. Pero lo importante es que el objetivo cuando haces una especialidad es adquirir unas competencias fundamentales que te hacen ser una enfermera pediátrica o una matrona, y eso lo tendrán, con unos conocimientos muy sólidos que les permitirán trabajar en cualquier centro sanitario, y especializar si lo desean.

¿Qué papel tienen la investigación y la innovación en la formación de EIR?

La innovación es algo muy transversal en el Hospital y muy presente en todo momento, desde la formación con simulación a los tratamientos de cuidados para niños y niñas, pasando por nuestros espacios, protocolos, etc. Y esto las residentes lo vivirán en todo momento. En cuanto a la investigación, las EIR deben realizar un proyecto de fin de residencia, que fomentamos que pueda llegar a hacerse realidad y no se quede solo en un proyecto. Además, en la Fundación Sant Joan de Déu tenemos una referente del Hospital experta, que les acompañará en todo momento en los trabajos de investigación y en la producción científica. También animamos a las residentes a ir a congresos, a presentar comunicaciones y pósteres. Para el Hospital es importante generar conocimiento y ser un centro monográfico nos da acceso a un gran número de casos y muestras y a hacer alianzas con otros centros. Toda persona que tenga interés en la investigación tiene un lugar seguro en las muchas líneas de investigación que tiene el Hospital Sant Joan de Déu.

Como nueva coordinadora de la Formación y Docencia de la Dirección Enfermera, ¿cuáles son tus prioridades respecto a las enfermeras internas residentes?

Para mí es fundamental que el aprendizaje en el Hospital sea una práctica reflexiva, de evaluar qué hemos hecho, en qué hemos fallado y cómo aprendemos de esta experiencia para hacerlo mejor. Llegar a hacer una residencia es difícil, es una carrera en la que hay miles de personas que compiten por ver quién tiene la mejor nota. Yo quiero que, al llegar al Hospital, este concepto quede atrás. Entiendo que cada persona tiene un proceso de aprendizaje distinto y lo que me interesa es individualizar el aprendizaje de nuestras residentes, según las competencias y habilidades de cada una. Al final, después de dos años de residencia, todas las EIR tendrán que alcanzar unas competencias para obtener el título, pero el camino hasta llegar a ese momento será diferente para cada persona. Quiero que las residentes sientan que están en continuo aprendizaje para superar sus límites y que esto es maravilloso.

¿Qué ambiente de trabajo encontrarán las nuevas residentes en el Hospital? ¿Es un rasgo diferencial de nuestro centro?

Creo que el pilar que tenemos en nuestro hospital son nuestros profesionales, somos quienes nos creemos nuestro modelo de atención al paciente, los que trabajamos junto a las familias. Nos creemos de verdad el trabajo en equipo y esto genera un ambiente muy bonito. Hay mucha gente que se engancha cuando ve la energía que genera el Hospital. Todos entendemos que el niño y su familia deben ser el foco y todo el mundo trabaja con este objetivo. De hecho, muchos de nuestros residentes se quedan a trabajar con nosotros.