Un mapa en las plantas de hospitalización ayuda a detectar y controlar el dolor en los pacientes ingresados
Una pantalla alerta a los profesionales, en tiempo real y mediante un semáforo, de qué pacientes presentan dolor y con qué intensidad.
El dolor ha pasado a ser la quinta constante vital que los profesionales del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona monitorizan y miden, varias veces al día, en los pacientes ingresados con el objetivo de detectarlo y tratarlo cuanto antes mejor.
"Controlando el dolor o minimizándolo se mitiga la ansiedad y el estrés que viven los niños y niñas ingresados y sus familias, y esto incide en su recuperación. Varios estudios demuestran que un mejor control del dolor reduce los días de ingreso de los pacientes en el hospital", explica Laura Monfort, pediatra de la Unidad del Dolor del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.
En cada planta de hospitalización se ha instalado un mapa del dolor, una pantalla que refleja, en tiempo real y mediante un semáforo, qué pacientes presentan dolor y con qué intensidad: el color verde indica que no tienen, el naranja que presentan un dolor leve, y el rojo que experimentan un dolor moderado o intenso.
"La detección del dolor es compleja porque es muy subjetiva. En el ámbito de la pediatría, además, presenta un añadido de complejidad porque tenemos niños que no hablan, sea debido a su edad o a causa de su enfermedad, y resulta difícil saber si tienen dolor y en qué intensidad. Por este motivo, evaluamos el dolor mediante unas escalas especialmente diseñadas y validadas para niños. En el caso de los bebés, por ejemplo, nos tenemos que guiar por la actitud y el llanto. Algunos niños son muy pequeños por conocer los números e interpretar una escala del 0 al 10. En el Hospital disponemos de diferentes escalas para que las niñas y los niños se puedan expresar de acuerdo con sus capacidades", explica Monfort.
Estas valoraciones se realizan de manera sistemática cada ocho horas a todos los pacientes ingresados y son introducidas en tiempo real en el sistema informático para que, por un lado, queden registradas en el historial clínico y, por otro, aparezcan en el mapa de la planta donde está ingresado el paciente para que los profesionales que lo atienden puedan tratar de controlar el dolor.
Además, una enfermera especializada, Mónica Rebordosa, revisa una vez al día, el mapa de dolor de todas las plantas del Hospital, que está centralizado en un centro de control llamado Córtex e identifica aquellos pacientes que tienen más dolor para optimizar el tratamiento.
El mapa del dolor se ha implantado en el Hospital Sant Joan de Déu después del éxito de una prueba piloto que se llevó a cabo en las plantas décima de hospitalización infantil y séptima de maternidad. En febrero de 2023, se extendió al resto de plantas y al SJD Pediatric Cancer Center Barcelona.
Tratamiento del dolor en los pequeños procedimientos
El Hospital Sant Joan de Déu Barcelona es uno de los centros pioneros en la implantación de este tipo de herramientas en España. En el año 2009, creó una comisión con el objetivo principal de minimizar el dolor y el malestar asociados a la experiencia hospitalaria.
Esta comisión implementó, entre otras medidas, el uso de bombas de analgesia con cloruro mórfico controlada por el paciente (PCA) para el control del dolor postquirúrgico en las cesáreas, histerectomías e intervenciones pediátricas complejas; un kit de distracción que incluye pequeños juguetes para niños de todas las edades para que, durante el procedimiento, distraigan su atención y tengan menos percepción del dolor.
En los casos en que este kit es insuficiente, la enfermera especializada en el tratamiento del dolor se encarga de asistir aquellos niños que viven con mucho miedo pequeños procedimientos, como pueden ser la colocación de una vía o de una sonda, una extracción de sangre o una punción lumbar.
En estos casos, la enfermera les administra óxido nitroso inhalado, antes y durante todo el procedimiento. En otros procedimientos más dolorosos, como es el caso de las retiradas de tubos torácicos o algunas curas, son los pediatras de hospitalización y la enfermera de dolor quien prescriben y administran la analgesia más adecuada.
La Unidad del Dolor, que cuenta con profesionales de pediatría, enfermería, psicología, anestesiología y fisiología, se creó el año 2021 gracias a las donaciones recibidas por el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.