"Hemos creado un laboratorio para impulsar la investigación de las malformaciones vasculares"
Eulàlia Baselga, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, ha recibido el premio a la excelencia del Col·legi de Metges de Barcelona por su tarea docente en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universitat de Barcelona.
Hace tres décadas que la Dra. Eulàlia Baselga se dedica a la dermatología pediátrica, con un interés especial por las malformaciones vasculares. Hablamos con ella de cómo ha sido la evolución del tratamiento de las malformaciones venosas en las últimas décadas.
¿Cómo ha avanzado el tratamiento e investigación de las malformaciones vasculares en las últimas tres décadas?
La evolución ha sido brutal. Cuando empecé, no conocíamos ni siquiera la causa de las lesiones vasculares y lo que hacíamos era eliminarlas, ya sea mediante cirugía, con esclerosis, láser… Ahora, en cambio, sabemos que estas lesiones son el resultado de mutaciones en las células endoteliales. Son mutaciones genéticas en mosaico, que no afectan a todas las células, sino solo algunas, en función del momento de la embriogénesis en que se produce la mutación. Esto es lo que hace que estas enfermedades sean tan complejas y que cada caso sea diferente, que cada lesión vascular tenga una manifestación diferente, que no haya dos de iguales. Saber que son causadas por mutaciones genéticas es extremadamente importante porque nos ha abierto la puerta a tratamientos muy dirigidos.
¿Cuándo empezaste investigar las malformaciones vasculares?
De alguna manera, siempre he estado investigando, pero quizás no tan formalmente como ahora. Siempre he tenido mucha curiosidad y me he preguntado por qué sucedían las cosas. La dermatología es una especialidad muy de patrones, de reconocer patrones, y cuando, a lo largo de mi trayectoria profesional, he detectado coincidencias en diferentes pacientes y las he estudiado. También he hecho investigación con nuevos fármacos para poder ofrecer a los pacientes que no tienen un tratamiento la posibilidad de participar en un ensayo clínico. Pero hace unos diez años que me dieron el primer FIS, y ya disponía de una financiación específica, con la que impulsé esta vertiente de una manera más formal.
"Tanto o más importante que curar la enfermedad es frenar su evolución"
¿En qué líneas estáis trabajando?
Recientemente, hemos creado un laboratorio de investigación de endotelio para impulsar la investigación de las malformaciones vasculares gracias a una beca de la Fundación Ramón Areces que ha recibido nuestra compañera Sandra Castillo. Es un paso importante porque ahora podremos hacer aquí el estudio genético de las malformaciones vasculares que presentan nuestros pacientes y, si hace falta, podremos hacer cultivos de células vivas para probar la eficacia de un tratamiento antes de administrarlo. Hasta ahora, teníamos que enviar las muestras para hacer todos estos estudios al Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras. Ahora lo podremos hacer aquí.
Ya disponemos de modelos animales y de cultivos celulares de algunas malformaciones vasculares. Esto nos permitirá empezar a entender por qué y cómo se producen, y estudiar cómo podemos tratarlas.
Además, gracias a una beca europea, estamos coordinando un proyecto en el cual estudiamos, junto con 13 centros europeos más, la historia natural de estas enfermedades. Porque son patologías minoritarias muy complejas, muy diferentes de un paciente al otro. Ahora, además, intentamos encontrar coincidencias en pacientes que se asemejan clínicamente en algún aspecto para ver si el tratamiento que es eficaz en uno también lo puede ser en otro.
¿Estos estudios cambiarán la historia natural de la enfermedad? ¿Se curará?
Desde mi punto de vista, tanto o más importante que curar la enfermedad es frenar su evolución. Es importante que los niños no tengan las manifestaciones clínicas de la enfermedad porque conseguimos parar su aparición y que estos niños y niñas puedan tener una buena calidad de vida y hacer una vida normal. Y esto es el que estamos consiguiendo con los tratamientos actuales.
Hasta ahora no hemos podido curar las malformaciones vasculares. Haría falta terapia génica y, actualmente, lo veo lejos, porque se trata de enfermedades muy complejas.