10 años de Pulseras Candela: la historia de un pequeño gesto que se ha convertido en un gran movimiento social

El año 2013, a Candela le diagnosticaron una leucemia. Con 11 años, se trasladó desde Benicarló (Castellón), su municipio natal, hasta el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, donde empezó su tratamiento para este cáncer. Durante sus largos ingresos, una voluntaria del Hospital, Carmen Mora, enseñó a la niña a hacer pulseras con nudos de macramé e hilos de colores. De esta manera, Candela empezó a pasar las mañanas y las tardes en su habitación de la octava planta del Hospital maternoinfantil, entonces la de Oncología, haciendo pulseras para los médicos y las enfermeras que la cuidaban.

También enseñó a sus amigas a hacerlas. Entre ellas, a Mariona y Daniela. Ellas dos, con el ánimo de ayudar a curar a Candela, tuvieron una idea: entregar una pulsera como agradecimiento a las personas que hicieran un donativo para la investigación del cáncer pediátrico. Y dicho y hecho, las dos niñas se pasaron un verano haciendo "Candelas" (así bautizaron a sus pulseras) y vendiéndolas en el paseo de Benicarló. Nadie hubiera pensado entonces que este pequeño gesto, diez años más tarde, sería un gran movimiento social y un ejemplo de solidaridad.

Pulseras Candela continua trabajando hoy en día para recaudar fondos para la investigación del cáncer infantil. Gracias a la implicación de su junta y los 500 voluntarios y voluntarias con los que cuentan ha logrado recaudar más de 4.051.512 euros para la investigación oncológica pediátrica. Gracias a ellos, los investigadores de Sant Joan de Déu, pero también de otros centros como el Hospital de la Vall de Hebron o el IRB Barcelona, han podido llevar a cabo estudios sobre diferentes tumores del desarrollo.

Su implicación está presente en prácticamente todos los proyectos de investigación sobre cáncer que desarrollamos en nuestro hospital. Si bien de los 3 millones de euros que se invierten anualmente en investigación en oncología en Sant Joan de Déu, Pulseras Candela aporta una media de 380.151 euros. La última donación, incluso, ascendió a 430.000 euros.

En estos años, su tarea ha resultado imprescindible para impulsar la puesta en marcha de diferentes proyectos y líneas de investigación que después han podido tener continuidad como el programa de Oncología de Precisión (POP), el estudio de tumores rabdoides, los de leucemia, el de sarcoma de Ewing, el de retinoblastoma o el de osteosarcoma. Por otro lado, la asociación tuvo un rol evidente en la inauguración del SJD Pediatric Cancer Center, financiando una parte importante del equipamiento de las nuevas salas de cultivos y del microscopio de fluorescencia de los laboratorios. 

El apoyo y la colaboración de Pulseras Candela es realmente inestimable para nuestro hospital. Una implicación que nos ayuda a crecer y poder ayudar, cada vez más, a los niños y familias que desgraciadamente reciben un diagnóstico de cáncer infantil. Sin duda, gracias a Candela, Mariona y Daniela, se empezó a tejer el camino de Pulseras Candela para enseñarnos que a menudo es desde los pequeños gestos que se llega a grandes acciones y que, sobre todo, juntos llegamos más lejos.