El cáncer infantil requiere de una investigación específica ya que es completamente distinto al cáncer del adulto:
- Tiene una incidencia mucho más baja.
- No se puede prevenir.
- Responde a los tratamientos de manera muy distinta.
- Los tratamientos para el cáncer del adulto de poco o nada sirven en los niños.
Por ello los resultados de las investigaciones del cáncer de adulto no son extrapolables al cáncer infantil y es necesario impulsar investigaciones específicas.
En el Hospital Sant Joan de Déu nuestros investigadores trabajan estrechamente con los médicos que atienden a los pacientes. Cada vez que se diagnostica un nuevo caso, analizan en el laboratorio las características del tumor para ajustar el pronóstico con los médicos - saber cómo evolucionará, si hay más riesgo de que se haga resistente a los tratamientos, etc - y determinar cuál es la mejor estrategia terapéutica para combatirlo.
Del mismo modo, los oncólogos trasladan a los investigadores las preguntas para las que todavía hoy no tienen respuesta. Por qué, por ejemplo, dos pacientes con el mismo cáncer y el mismo tratamiento responden de manera diferente. El trabajo de los investigadores está orientado a responder este tipo de preguntas con el objetivo de ofrecer el mejor tratamiento a cada niño.
Visita al laboratorio de investigación del cáncer infantil en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
Fruto de este trabajo conjunto, en los últimos diez años hemos conseguido, entre otros logros, desarrollar modelos animales de diversos tumores, paso imprescindible para poder testar nuevos fármacos y tratamientos.
También hemos sido capaces de poner en marcha ensayos clínicos pioneros, como el de pacientes con glioma difuso de tronco -un tumor sin cura actualmente-, el iniciado con un virus oncolítico para preservar el ojo de niños afectados por el retinoblastoma, un tumor ocular que sólo afecta a la población infantil; o la cada vez más conocida inmunoterapia CAR-T, en la que Sant Joan de Déu fue el primer centro en aplicarla en niños en España.
Trabajamos también en un nuevo ensayo para pacientes con neuroblastomas muy agresivos, con el objetivo de estudiar la efectividad de un medicamento indicado para otra enfermedad y que hemos descubierto que puede detener el crecimiento de este tumor.
Como resultado de todo este trabajo, los índices de supervivencia de nuestros pacientes son cada vez más elevados y, en los casos en que la curación no es posible, los niños afectados viven más tiempo y con mejor calidad de vida.