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La pulsera solidaria de Carlos ha conseguido recaudar medio millón de euros para la investigación, explicando la experiencia de superación de un niño de ocho años.
“Esta enfermedad es una bolita/que siempre está enfadadita./A mi me molestó/y el médico la encontró”. Así empieza el poema que Carlos escribió cuando tenía 8 años para explicar el tumor de crecimiento que le diagnosticaron. Esta vivencia ha quedado ilustrada a través de las viñetas de una pulsera solidaria que desde 2011 ha recaudado 500.000 euros para la investigación del cáncer infantil.
La pulsera solidaria de Carlos explica su experiencia, pero sobre todo la necesidad y la importancia que tiene la investigación para poder avanzar en los tratamientos y la curación de esta enfermedad y dar una oportunidad a todos los niños y niñas que la sufren. Maria Madrigal, madre de este valiente que superó “el enfado de las bolitas”, pensó que sería una buena idea hacer este brazalete y, junto con sus amigas Lili y Maria, lo diseñaron y le dieron forma.
En poco tiempo, la pulsera de ropa se extendió por todas partes y se ha convertido en una señal de identidad para identificar a las personas que forman parte de un movimiento solidario que apoya la investigación del cáncer infantil. Y de las pulseras se pasó a las libretas y a los lápices con la misma ilustración, que nos la sentimos muy nuestra, de nuestro hospital.
“Pasamos por unos momentos difíciles durante los cuales fuimos de la mano del equipo del Hospital. Una vez superados estos momentos difíciles y nuestro hijo curado, ahora caminamos juntos para avanzar en la investigación del cáncer infantil”, explicó María Madrigal al recibir el Corazón de Oro del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona por su labor.
Todos juntos, de la mano, haremos frente a esta enfermedad, que sólo podremos combatir con la investigación.
SARCOMA de EWING
Esta enfermedad es una “bolita”
que siempre está “enfadadita”.
A mi me molestó,
y el médico la encontró.
Me hicieron un resonancia,
madre mía, “que ansia”!.
Después a una habitación me subieron
y allí unos días me tuvieron.
Durante unos días me daban medicación
y yo tenia mucho dolor.
A casa llegué
y feliz me quedé!.
Al cabo de un mes me operaron
y una cicatriz me dejaron.
Poco a poco hago recuperación
y ya puedo correr hasta mi habitación.
Espero estar del todo curado.
para ver a mi profesorado.
Muchas cartas he recibido
gracias a los mejores amigos que he tenido.
Carlos Artola Madrigal , 8 años.
Barcelona abril del 2007.