Dieciocho horas en bicicleta subiendo a Montserrat, de día y de noche, el reto más exigente que incentiva la investigación del cáncer infantil

Desde hace cinco años, la lucha contra el tumor cerebral de tipo DIPG (glioma difuso intrínseco de tronco) cuenta con el impulso de un grupo de amigos y apasionados de la bicicleta que participan en uno de los retos solidarios más exigentes a beneficio de los niños con cáncer. Eduard Nafría, impulsor de la iniciativa Montserrat Everesting, se planteó subir la montaña de Montserrat tantas veces como fuera necesario hasta acumular el desnivel del Everest, que son 8.848 metros. Este año ha sido la quinta vez que el reto ha sumado dieciséis ascensos seguidos para incentivar las donaciones para la investigación, alcanzando una recaudación de 12.775 euros.

Las tres primeras subidas comienzan en plena noche, a las 3 de la madrugada, rodeados de oscuridad, silencio y soledad, a excepción de algún corzo que se deja ver por el camino. "El contraste que hay con la luz, el ruido y la gente durante el día en Montserrat es difícil de imaginar si no lo vives", explica Eduard, quien reconoce que estos primeros ascensos "tienen un aire muy especial". En esta edición, siete personas completaron todas las subidas; un participante, Francesc, no tuvo suficiente e hizo dos más para llegar a los 10 mil metros; once ciclistas hicieron la mitad o más, y una treintena se sumaron compartiendo algún ascenso con el resto.

Montserrat Everesting ha recibido un año más el apoyo de muchas personas que han aportado su donativo para animar a los participantes, empresas que han patrocinado el equipamiento especial del reto y la colaboración de empresas como Kantar Media, Kanter, H4U, Ingo, TEM, MSG, EL Bruc y Graphic Packaging International.

La historia de Edu, un pequeño valiente de 7 años que nos dejó en 2013 a causa de este agresivo tumor cerebral, inspira a los impulsores del reto edición tras edición. Los fondos recaudados de la 5ª Montserrat Everesting, sumados a los más de 40.000 euros conseguidos gracias a las anteriores ediciones celebradas, se destinan a la investigación del DIPG en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, un cáncer que a día de hoy todavía no tiene cura.